domingo, 20 de enero de 2013

Come fly with me, let's fly, let's fly away



Hoy quería hablar de algo más alla que solo volar. Hoy quería decir algo sobre la superación del miedo. Y es que por mucho que la mente grite que volar en un aparato de varias toneladas que ni mueve las las tiene que ser peligroso, hay veces que hay cosas que se pueden gritar mas alto. Por ejemplo, las ganas de llegar al destino, la alegría de poder despegar de un aeropuerto nevado con solo media hora de retraso, la satisfacción de que por fin algo sale bien. 

Luego también, la belleza siempre es más fuerte y más resistente que el miedo. La belleza de la capa de nubes tupida y algodonosa al más puro estilo de manta nórdica, la belleza del cielo del atardecer naranja y rosa (casualmente mis 2 colores favoritos) sucedida por la belleza de la noche y esas miles de luciernagas fijas (las casas y farolas) y luciernagas moviles (los coches). Precioso todo, vale la pena verlo.

Además, queda el importante hecho de que el miedo es un incordio. No es divertido ni util. Nadie es admirado por cobarde, en cambio los valientes siempre se les alaba. El miedo tiene que ser adaptativamente justificado. El ser humano por naturaleza no vuela. Pero volar es imprescindible para todos los que, como yo, nos gusta viajar e ir a los mejores sitios de La Tierra. Y en mi opinión, los mejores sitios de La Tierra suelen estar lejos. Concretamente el paraíso esta en el punto contrario de la esfera. Asi que ya era hora y venia bien, perder el miedo a los aviones.

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